Plantón “La paz también pasa por la libertad de l@s Pres@s Polític@s”

La cita es el jueves 18 de abril de 2013 en la plaza de Bolívar, en la ciudad de Bogotá, desde las 08:00 de la mañana; de ahí recorrerá hasta llegar al ministerio del Interior y de justicia y terminará frente a las instalaciones del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario -INPEC.

 

Plantón “La paz también pasa por la libertad de l@s Pres@s Polític@s”:

 

 

La privación en la libertad en Colombia se ha convertido en un asunto de todos. Cada día se incrementan los casos de privación arbitraria e injusta de este derecho, contra sectores amplios de la población, como mecanismos para reprimir y desestimular la protesta social, lo cual se refleja en las cifras que indican que mientras en el  año 2012 se registraron en total 542 personas detenidas, en los tres primeros meses de este año se cuentan 311 víctimas, en hechos relacionados con movilizaciones públicas.

 

La población reclusa está conformada por un alto número de personas que atentan contra la propiedad privada. Dentro ella también sobreviven los Presos Políticos, hombres y mujeres privados de su libertad en unos casos por ejercer el derecho a disentir, por su liderazgo social o por defender los derechos de los pueblos; en otros, por alzarse en armas contra el status quo o simplemente por vivir en zonas de control rebelde.

En total, en Colombia 115.780 personas se encuentran privadas de la libertad; 107.056  hombres y 8.724 mujeres, recluidos en 142 establecimientos penitenciarios a nivel nacional; de ellos 35.338 se encuentran aún sindicados de los cuales 1684 lo han estado por más de 36 meses.

Estas cifras, aunque alarmantes, no son el reflejo de una contundente respuesta judicial a la impunidad en crímenes de lesa humanidad, al punto que el número de asegurados preventivamente y condenados por punibles de alto impacto social como la desaparición forzada (369), desplazamiento forzado (364), tortura (158), tortura en persona protegida (21), no suman más del 1,2% de la población reclusa.

 

El índice de hacinamiento, de acuerdo con las cifras oficiales, alcanza a más del 53%, sin embargo, como se dirá luego, esta es solo uno de los problemas más visibles de la realidad carcelaria. La salida estatal es construir nuevos Establecimientos de reclusión. Según el anuncio de la señora ministra de Justicia Ruth Stella Correa Palacios;  la  construcción de seis nuevas mega-cárceles, permitiría contar con 26 mil nuevos cupos adicionales, para lo que se destinarían $1.5 billones para construirlas con capacidad para 4.500 reclusos cada una, en lugares como Girón, Popayán, la Costa Atlántica y el Eje Cafetero, entre otras regiones, buscando lugares deshabitados, donde no exista señal de celular y los gendarmes se comunicarían con telefonía satelital.

 

En el artículo 26 de la reforma contempla que cuando no sea suficiente el personal del Cuerpo de Custodia y Vigilancia Penitenciaria Nacional, se acudirá a la contratación de vigilancia privada, se viola el principio de responsabilidad estatal sobre la privación de la libertad y la custodia de los presos, las cuales no se le pueden confiar a particulares.

 

A  la par que se endurecen las penas y se crean más delitos; con la propuesta de reforma al código penitenciario se pretende la privatización de las cárceles, la profundización de la crisis al trasladar a los municipios la construcción de centros carcelarios para sindicados y aumentar las facultades al Inpec para declarar la emergencia carcelaria y adoptar medidas coercitivas contra los presos que exigen sus derechos, tal como lo contempla el artículo 81 de la cuestionada reforma.

 

Las condiciones de reclusión para el común de las personas privadas de la libertad ha despertado la inconformidad de miles dentro y fuera de las prisiones: En los últimos cinco años 500 internos han muerto dentro de las cárceles; hoy se puede decir que la crisis del sistema de salud para las personas privadas de la libertad es irreversible pues se han profundizado problemas tales como la deficiente atención médica general y especializada, la falta de suministro de medicamentos y práctica de exámenes diagnósticos, lo cual se agrava ante un inexistente programa de prevención y detección temprana de enfermedades.

 

El  artículo 55 de la Reforma no soluciona la necesidad que tienen los reclusos de un régimen especial, acorde con situación especial, riegos y morbilidad, pues no entrega las herramientas a través de las cuales los internos pueden hacer efectivo el derecho de acceso a la salud.

 

Por su parte, otros problemas endémicos del sistema penitenciario se exacerban: La corrupción, el cacicazgo, la violencia intracarcel aria, las violaciones a los derechos humanos, el silenciamiento, la represión encubierta, son el pan de cada día que sumerge a la población reclusa en un permanente estado de sumisión que atenta contra la dignidad humana. Sus familias, sufren igualmente la implementación de una política carcelaria en la que prima la restricción de los derechos sobre la garantía y respeto de los mismos, que se traduce en la desintegración de miles de núcleos familiares, abusos de autoridad de la guardia generalmente contra mujeres y niños visitantes, la limitación del derecho a la visita a través de medidas como el pico y placa, entre otras expresiones.

 

Sin duda, todo ello debe cambiar y resulta evidente que la propuesta gubernamental no consulta con las necesidades y  expectativas de la población afectada directa e indirectamente con la problemática en las cárceles y penitenciarías del país. Es necesario que quienes conocemos esta realidad avancemos en la construcción una propuesta colectiva y aumentemos nuestra capacidad de denuncia y exigencia ante las instancias estatales. Por esta razón, hacemos un llamado amplio a fortalecer los movimientos que brotan desde el interior de las cárceles y aquellos que se han forjado desde sus familiares y amigos, por la libertad y la dignidad de todas las personas privadas de la libertad.

 

La transformación de la realidad carcelaria y de la política criminal en la que prima la seguridad en las penitenciarías por encima de los derechos humanos y la privación de la libertad como regla general, es una necesidad, con mayor razón hoy que en el contexto nacional se habla de paz. De otra parte, los Presos Políticos que durante años han exigido su reconocimiento como sujetos históricos y han luchado por la dignificación de las condiciones de vida de toda la población reclusa, están legitimados para que en todo proceso de Paz se aborde su problemática desde el reconocimiento del delito político, que no es más, que el reconocimiento de las causas socio-económicas del conflicto colombiano.

 

Convocamos al Plantón “La paz también pasa por la libertad de los Presos Políticos” que se llevará a cabo el 18 de abril de 2013 en la ciudad de Bogotá, como la primera de una serie de actividades organizadas a través de las cuales se busca la libertad inmediata de los presos políticos que padecen enfermedades graves, la exigencia de una política criminal en la que prime el derecho a la libertad como regla general y el respeto de la Dignidad humana de la población reclusa y finalmente el apoyo solidario al movimiento carcelario que se gesta desde los presos, sus familiares y amigos.

 

 

Convocan:

 

ASOCIACIONES DE FAMILIARES DE PRESOS EN COLOMBIA.

 

 

Apoyan:

 

Congreso de los Pueblos.

Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos – FCSPP

Campaña Nacional contra las detenciones arbitrarias, persecución judicial y criminalización de la protesta social.

Equipo Jurídico Pueblos –EJP-

USO

ASOINCA

Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra.

COSPACC

Fundación de Territorios por Vida Digna


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