Declaración Política Congreso Regional para la Paz –Antioquia, Eje Cafetero y Chocó

Avanzamos en la construcción de la articulación regional y desarrollamos una serie de reflexiones que giraron sobre 4 ejes principalmente: conflictos rurales, conflictos urbanos, derechos de los pueblos y solución política al conflicto: Consideramos prioritario promover un proceso de solución política al conflicto social, político, económico y armado del país que abra caminos para la construcción de un modelo nuevo de país y de nación. Donde sea claro la responsabilidad de los instituciones estatales como las fuerza pública (Fuerzas armadas, policiales), los aparatos de justicia y de gobierno, y el modelo económico imperante, como actores y promotores del conflicto.  Así mismo exigimos que las negociaciones se discutan a fondo el modelo económico, político, militar y de justicia con el fin de ser transformados.

 

Comprometidos y comprometidas con la construcción de paz integral en nuestro país y reconociendo la vital importancia que tiene la discusión desde las regiones, nos dimos cita en Medellín los días 16 y 17 de marzo organizaciones, procesos, sujetas y sujetos políticos de Antioquia, Risaralda, Quindío, Caldas y Chocó para avanzar en la construcción de mandatos populares y agenda social para la paz.

En este espacio de debate y deliberación popular que contó 250 participantes, al calor del trabajo colectivo, la fraternidad, la discusión, la movilización política, cultural, y el hermanamiento con las diferentes propuestas, avanzamos en la construcción de la articulación regional y desarrollamos una serie de reflexiones que giraron sobre 4 ejes principalmente: conflictos rurales, conflictos urbanos, derechos de los pueblos y solución política al conflicto.

Producto del trabajo durante estos dos días se elaboraron las siguientes reflexiones, propuestas y mandatos:

La construcción de una paz integral pasa por el reconocimiento de los conflictos sociales y la proyección de soluciones y caminos hacia la materialización de una vida digna en reconocimiento de las diversas dimensiones del ser humano y en su relación con la naturaleza. Es por ello, que reiteramos la urgente necesidad de consolidar la unidad del movimiento y las organizaciones populares para cuidar la Madre Tierra, defender y construir los territorios desde una visión integradora de lo urbano y lo rural, desde una visión anticapitalista, antiimperialista.

Es indiscutible que uno de los principales fundamentos del conflicto en Colombia está asociado al uso y tenencia de la tierra, por lo cual reafirmamos el mandato de la construcción de reformas agraria y urbana integrales a partir de una participación activa de las comunidades. El camino para ello se encuentra demarcado por el fortalecimiento de los planes de vida de las comunidades y la construcción de planes de ordenamiento territorial alternativos y populares. Exigimos de igual manera que se paren las fumigaciones en todos los territorios del país, ya que no sólo afectan a los cultivos “ilícitos” sino también a los lícitos y la salud de las comunidades.

De igual forma, es necesario generar articulación en la lucha por la dignificación de la vivienda, la garantía de servicios públicos domiciliarios, la seguridad de un trabajo digno con derechos laborales, y el retorno a los territorios con una reparación colectiva para toda la población desplazada y en concordancia a los planes de vida de las comunidades.

Para el fortalecimiento del congreso de los pueblos en los territorios urbanos es prioritario recuperar y construir la memoria histórica de nuestro territorio, de los barrios, de la ciudad, de los procesos que la gente ha autogestionado, como forma de construir identidad urbano-popular. Así como convocar a un encuentro nacional urbano del Congreso de los Pueblos.

Mandatamos la construcción propia de procesos de formación, educación y el fortalecimiento de los procesos comunicativos dirigidos hacia la construcción del buen vivir, el cuidado de la tierra y el ejercicio del poder en las comunidades urbanas y rurales.

Es ineludible construir otras formas de relacionarnos entre hombres, mujeres y la naturaleza que no implique la dominación y la discriminación. Por el contrario, que fomente la libertad para construir nuestra subjetividad, sexualidad y opciones de ser y vivir en el mundo.

Consideramos prioritario promover un proceso de solución política al conflicto social, político, económico y armado del país que abra caminos para la construcción de un modelo nuevo de país y de nación. Donde sea claro la responsabilidad de los instituciones estatales como las fuerza pública (Fuerzas armadas, policiales), los aparatos de justicia y de gobierno, y el modelo económico imperante, como actores y promotores del conflicto.  Así mismo exigimos que las negociaciones se discutan a fondo el modelo económico, político, militar y de justicia con el fin de ser transformados.

Afirmamos que la negociación política (entre actores armados) no es lo mismo que la solución política. La negociación debe ser un paso previo para la solución política del conflicto social, político y armado como construcción de transformaciones integrales en nuestro país, donde exigimos la participación de las víctimas del conflicto y de los presos políticos, desde su propia agenda, así como la participación protagónica del movimiento popular en su conjunto, bajo el entendido de que la paz es un derecho de los pueblos y son estos, desde sus diversas formas organizativas, los que deben abanderar dicha discusión desde una visión amplia, integral y radical.

Luchamos por la construcción de una política criminal que parta, para la aplicación de la justicia, de las causas que originan la conflictividad social, y no del populismo punitivo, la criminalización y judicialización de la pobreza, y la protesta social. Reconocemos la lucha y organización de los presos políticos y nos comprometemos a luchar por la asociación de l@s detenid@s según los delitos, es decir, que existan patios propios de presas y presos políticos. Exigir trato digno, acercamiento familiar a los presos, luchar por la libertad de las presas y presos políticos, luchar por un sistema de salud adecuado que atienda de manera oportuna, eficaz y basada en una política de salud preventiva, luchamos por la libertad de los presos y presas delicados de salud, la aplicación de la alternativa penal a delitos menores, la no extradición de las presas y presos políticos, porque se brinden oportunidades de educación, espacios de deporte y recreación. Para ello es necesario promover una reforma a la justicia y con ella hacer reformas a las políticas carcelarias.

Llamamos a:

– Articular movilizaciones regionales y principalmente nacionales en confrontación a la locomotora minero energética y los agronegocios (incluyendo la lucha contra agrotóxicos).

– Organizar una masiva movilización en Octubre por la apropiación de nuestros territorios y el respeto de nuestras propuestas del Buen Vivir (Jornada de liberación de la madre tierra).

– Avanzar en la construcción de la Coordinadora de Movimientos Sociales y Políticos en las regiones.

– Afianzar alianzas con otros sectores que también le apuestan a la solución política del conflicto social, político y armado, con la intención de fortalecer la convergencia en la Ruta Social Común para la Paz, espacio desde el cual se debe presionar para que en la mesa de la habana haya un espacio real de participación de la sociedad en estas discusiones y que se faciliten las gestiones para comenzar procesos con el ELN y el EPL.

Promover a nivel nacional la Ruta Social Común Para la Paz con el fin de construir dinámicas de discusión y construcción que permita la participación de todos los sectores, bajo el entendido de que la paz se construye a partir de un diálogo a varias voces, y que pueda influir en los escenarios de solución política al conflicto. Para lo cual proponemos construir mesas o escenarios nacionales en los que se debatan las problemáticas álgidas causantes del conflicto, con diversidad de sectores como la insurgencias, grupos económicos, fuerzas militares, académicos, movimientos y organizaciones sociales y populares, iglesia, Estado.

Generar apuestas artísticas y culturales (como manifestaciones políticas) en los territorios que se presenta un profundo conflicto armado, como forma de retomar los territorios.

Finalmente, desde nuestra perspectiva continental de la lucha de los pueblos creemos necesario fortalecer la legitimidad internacional del movimiento social, fortaleciendo una coordinación para la movilización política internacional, principalmente con organizaciones sociales y políticas de países latinoamericanos; también buscar escenarios de interlocución con los gobiernos progresistas, esto a partir del reconocimiento del Congreso de los Pueblos como actor social y político.

Ratificamos los mandatos emanados de la instalación del Congreso de los Pueblos y del Congreso Nacional de Tierras, Territorios y Soberanías porque en estos reconocemos importantes pasos hacia la construcción de la paz para la vida digna, y asumimos el compromiso de construir con empeño el camino hacia el Congreso Nacional Para la Paz, a realizarse entre el 19 y 22 de abril del presente año en la ciudad de Bogotá, comprendiendo que desde los territorios deben surgir los acumulados para tejer ese gran espacio de encuentro nacional y legislación popular.

 

¡Por Vida, Justicia y Caminos para la Paz!

¡Pueblos construyendo paz para la vida digna

 

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