Este país que es suyo y mío nos necesita

Este país que es suyo y mío nos necesita

«La pelea es por la vida misma, nadie la va a dar por nosotros, se trata de sentir el sufrimiento de los demás que somos nosotros mismos, de emberracarse y no dejarnos joder»

 


 

LA PELEA ES POR LA VIDA MISMA

Febrero 08 de 2019

 

No tenemos idea de como narrar la muerte de un rio, así como NO nos acostumbraremos a dolores tan profundos y extensos ante la pérdida de algo, que realmente es un alguien que no imaginábamos que se iría y que hoy lo hemos perdido. Con un nudo en la garganta y lágrimas que se rehúsan a salir del todo, debemos decir con rabia y ante todo con indignación, que el agua no se quita, que es un derecho de los pueblos que han crecido a su paso, que aspiramos poder vivir con el rio y morir sin que el rio muera para que nuestros hijos a su vez puedan vivir.

De esto se trata todo, es esto lo que argumenta todas nuestras luchas, se trata de evitar que la avaricia de pocos nos joda la vida a muchos, de que los más pobres de este país no tengan que pasar necesidades para que otros se puedan tapar de plata, dejándonos sin siquiera algo que beber, lo que ellos, los privilegiados de siempre, llaman desarrollo para los más pobres de este país siempre se ha llamado despojo.

Las chalupas varadas en la orilla del río Cauca cuentan las verdades de este pueblo aporreado hasta el cansancio, al que hasta los peces le han quitado, le quitaron la tierra fértil, sus hijos, la seguridad social, le han arrebatado hasta el trabajo, lo han domesticado a palo, para que pueda decirse, después de haberlo explotado hasta el cansancio y sin derecho pensionarse, que “por lo menos hay trabajo”. Es en contra de esta atrocidad, de este atropello a la vida y a los más pobres, contra lo que siempre hemos peleado.

No es posible un mundo nuevo, sí, literalmente, no hay un mundo para nosotros. El agua transformada en mercancía, desposeída de su carácter de derecho, de bien común nunca llegará a los pobres de este país si se compra y se vende la vida, los más vulnerables jamás tendrán como comprarla, nunca llegará a quienes se nos está privando del rio y si es que algo nos dejan, será entregado como limosna, como ayuda o como caridad, repartiendo las migajas de lo que nos robaron y posiblemente hasta saldremos a deberles.

Pero esto es lo que les espera a nuestros territorios, es el destino que depara a los páramos cuando los dejamos a merced de las multinacionales y ganaderos, es el futuro de los manglares cuando se da prelación al turismo y a los barcos internacionales llenos de cosas que no necesitamos y no podemos comprar. El crecimiento inequitativo del país nos despoja hasta del suelo que pisamos, mientras la agroindustria florece entre niños muertos de hambre, la mega minería se come la tierra y seca los ríos dejándonos nada, se amasan fortunas haciendo harina a nuestros pueblos, condenándonos a la polvareda insoportable del borde de la carretera para mendigar lo que nos han arrancado.

Es preciso hoy más que nunca dar la pelea por el ambiente, por nuestros territorios, por los bienes de la naturaleza, por nuestros acueductos y tradiciones, esa es la pelea, la pelea es por la vida misma, nadie la va a dar por nosotros, se trata de sentir el sufrimiento de los demás que somos nosotros mismos, de emberracarse y no dejarnos joder, de comportarnos como si el país nos doliera, es un llamado a la acción, a preparar el paro, a comprometerse, este país que es suyo y mío nos necesita, acá es donde vivimos, y nosotros, el Congreso de los Pueblos, somos propuesta de país para la vida digna hagámosla valer.

Congreso de los Pueblos
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