Carta al movimiento social y popular

Sigo convencido y reafirmo la convicción de que nuestras causas son justas, de la necesidad imperiosa de fortalecer nuestros movimientos

    Compañeros y compañeras Congreso de los Pueblos y del Movimiento Popular, Reciban un solidario saludo.  

Hoy 30 de julio de 2018 escribo con la intención de enviarles un fraterno y revolucionario saludo. Agradeciendo la permanente solidaridad y respaldo que me han brindado.

Les comparto que estos 56 días de estar privado de la libertad, he contado con buena salud. Este ha sido un tiempo en que he podido acércarme a otra parte de la realidad que vive nuestro pueblo y que casi siempre ha estado vedado por el común. He aprovechado estos días para leer, conversar con otros presos y reflexionar sobre mi vida y nuestro que hacer político como pueblos que se organizan.

Definitivamente los libros han sido mi mejor compañía, especialmente el libro de Silvia Federici “Caliban y la bruja” que me ha abierto un universo de análisis y reflexión sobre este momento político que estamos viviendo en Colombia, Nuestra América y gran parte del mundo. En la comprensión que desde la edad media se han perseguido los pueblos que resisten ya con la quema de brujas, la expropiación de la cultura, la organización comunitaria, la tierra y la misma vida. Y hoy 5 siglos después la persecución y el despojo continua, se persiguen, encierran y asesinan a los señalados como terroristas. Lo que me permite entender que solo gracias a las y los que han resistido en el amor, la cultura y la organización popular, hoy todavía nos es posible seguir manteniendo viva la esperanza de que un mundo mejor se puede forjar.

Sigo convencido y reafirmo la convicción de que nuestras causas son justas, de la necesidad imperiosa de fortalecer nuestros movimientos, de estimular la creatividad y la lucha en todos los lugares donde nos sea posible. Recibo con mucha alegría las noticias de realización del Seminario Político ideológico y la Comisión Política, en las que se ratifica la voluntad de seguir caminando la unidad de la clase popular y la de avanzar en la construcción de la Asamblea Legislativa de los Pueblos, como mecanismo de juntar fuerzas para enfrentar los duros momentos que vivimos y seguir trabajando en la construcción de alternativas culturales, sociales, económicas y políticas.

Así mismo mantengo mi admiración profunda por cada proceso de base en el barrio, la vereda, el sindicato y espacios educativos que se mantienen vivos en la propuesta de resistencia de generar mujeres y hombres nuevos.

Envío un abrazo grande todas y todos lo que hoy sufren amenazas, e invito a que nos rodeemos de fuerzas de familia, de compañeros y hermandad, para que sea posible seguir soñando y labrando nuevos caminos. Hoy nuestras libertades dependen de que sigamos luchando.

Aprovecho para llamar también a que fortalezcamos el trabajo de base, nuestra fuerza depende en gran medida de la cantidad y calidad de las personas que estemos organizadas. Nuestra mejor respuesta para el estado burgués que una vez más se nos impone, es hacer luchas y movilizaciones masivas, es este el momento de poner en juego nuestra fuerza, audacia y creatividad. No perdamos tiempo en las rupturas y desunión, nuestra tarea hoy más que nunca es forjar la unidad y el cambiar el mundo desde una perspectiva democrática y socialista. Aprovechemos cada momento para cualificar nuestras capacidades políticas y humanas, fortaleciendo los espacios colectivos de estudio y trabajo y buscando nuevas formas de concienciar a más gente.

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Finalmente, reafirmo mi confianza en cada uno de ustedes, reafirmo mis convicciones en la causa de la justicia social, la nueva sociedad y un mejor mundo para los que apenas se asoman a la vida.

Tengo total seguridad que pronto nos veremos en las calles, en la vereda y en el barrio. Saludo especial a la caravana de la Redher que hoy nos visita y deja una fuerte estela internacionalista de libertad y esperanza.

A los compañeros del MST, especialmente al compañero Antonio Gringo que en junio de 2016 desde el complejo penitenciario Aparecida de Goiania, escribió una carta y hoy llegó a mis manos e inspiró esta carta. A la Comisión de Justicia y Paz de los Misioneros Claretianos que, siguiendo los pasos de Jesús pobre y revolucionario, hacen vivo el evangelio de la liberación. Bogotá 30 de julio de 2018 Cárcel de Alta Seguridad Picota ERON Julián Andrés Gil Preso político Congreso de los Pueblos

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